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El botox es una técnica ampliamente utilizada para el rejuvenecimiento facial, proporcionando resultados efectivos y seguros sin necesidad de cirugía. Originalmente, oftalmólogos y neurólogos comenzaron a utilizar la toxina botulínica para tratar condiciones médicas como el estrabismo, blefaroespasmo, y la hiperhidrosis. Sin embargo, su capacidad para suavizar las arrugas fue descubierta de manera inesperada, lo que abrió un nuevo campo de aplicaciones estéticas.
Se trata de utilizar la toxina botulínica, una proteína que, al ser inyectada en los músculos faciales, provoca una relajación temporal de los mismos. Como resultado, las arrugas y líneas de expresión que se forman debido a estas contracciones se suavizan o desaparecen, dejando una piel más lisa y rejuvenecida.
La aplicación del botox es un procedimiento sencillo y rápido. Utilizamos agujas extremadamente finas para inyectar la toxina botulínica en los músculos específicos responsables de las arrugas. Este método minimiza las molestias durante el procedimiento. La cantidad y ubicación de las inyecciones se determinan en función de las necesidades individuales de cada paciente, garantizando resultados naturales y armoniosos.
Está indicado para reducir líneas de expresión, como arrugas en la frente, entrecejo y patas de gallo y, a su vez, prevenir nuevas arrugas.
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